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Para conocer la historia de Roma es necesario no quedarse sólo en la vida de los emperadores, los grandes acontecimientos o las importantes batallas. Debemos ir a lo más profundo de la sociedad antigua, a su vida cotidiana, a lo que pensaban, vivían, creían.

Por desgracia hay muy pocos textos que nos hablen precisamente de esta cotidianeidad del pueblo romano. Es por ello que debemos hacer un viaje al pasado a través de dos ciudades, principalmente, que nos harán de máquina del tiempo, Pompeya y Herculano.

Nuestro viaje no va a consistir sólo en describir las distintas regiones de las ciudades, si no sus calles, actividades diarias, cultos, política y comercio, para explicar cómo vivían aquellas gentes que fueron sepultadas por el Vesubio. Y de esta forma conocer su vida y comprobar, así, que a día de hoy poco hemos cambiado.